Análisis de la cadena de valor para negocios integrados digitalmente

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En 1985, por primera vez, Michael Porter teorizó el concepto de "cadena de valor", definiéndolo como el proceso para describir las actividades del ciclo de producción de una empresa, lo que permite a la empresa aumentar el valor del producto o servicio en cada etapa (por ejemplo, desde la actividad logística de insumos hasta el servicio postventa ofrecido al consumidor final).  

Con un análisis adecuado de la cadena de valor (VCA), cada empresa multinacional (EMN) puede identificar funciones e impulsores clave para obtener mayores capacidades de ganancia que sus competidores. Además, los resultados de VCA se pueden utilizar incluso para tomar una decisión estratégica sobre los modelos de negocio actuales. 

Desde una perspectiva fiscal y de precios de transferencia, estos aspectos son considerados tanto por las empresas multinacionales como por las administraciones tributarias para evaluar la coherencia entre su cadena de valor real y la asignación de beneficios imponibles dentro del grupo. En particular, un VCA actualmente requiere que las emn empresas multinacionales y las autoridades fiscales investiguen las funciones, los riesgos y los activos del grupo controlado en su conjunto y evalúen cómo se integran con los principales impulsores de valor del grupo. Por lo tanto, las conclusiones de estos análisis se utilizan para atribuir los beneficios de las empresas multinacionales dentro de las entidades del grupo en relación con sus funciones clave, riesgos, activos e impulsores de valor comercial.  

El impacto de la digitalización en la cadena de valor y los aspectos relacionados

La última década se ha caracterizado por una profunda transformación de la cadena de valor de una empresa, cada vez más influenciada por la digitalización generalizada y por la consiguiente implementación de herramientas y tecnologías digitales que pueden hacer que los procesos de negocio fluyan de forma más rápida y eficiente. De hecho, la llegada de la transacción digital y los cambios tecnológicos han afectado a la estructura organizativa de las empresas, que han adoptado modelos de negocio coherentes con los últimos escenarios. 

A partir de estos cambios sustanciales en los procesos de negocio, junto con la reorganización organizativa de las empresas, surgen diferentes problemas, en particular con respecto a la identificación de las funciones clave de las empresas multinacionales y la asignación de beneficios en el contexto de los precios de transferencia.  

En concreto, la mayor digitalización de los procesos ha llevado a la creación de nuevas propiedades intelectuales (IP), como la implantación de sistemas de inteligencia artificial (IA) en diferentes etapas logísticas y funciones de marketing digitalizadas. A este respecto, de acuerdo con el Capítulo VI de las Directrices de la OCDE sobre Precios de Transferencia, la asignación de beneficios de la explotación y utilización de activos intangibles debe basarse en las funciones desempeñadas, los activos utilizados y los riesgos asumidos por las diferentes empresas que participan en las transacciones. En particular, si varias entidades de empresas multinacionales asumen o controlan riesgos significativos en relación con el desarrollo, la mejora, el mantenimiento, la protección y la explotación (las denominadas funciones "DEMPE") de estos intangibles digitales, el beneficio derivado de dichos pis utilizados debe repartirse entre dichas entidades en relación con la contribución realizada y los riesgos asumidos en las funciones de DEMPE realizadas. Por lo tanto, un análisis DEMPE es crucial para determinar una remuneración plena para la entidad en la cadena de valor de las EMN. 

La identificación de las funciones desempeñadas y los riesgos asumidos por las entidades de las EMPRESAS multinacionales que controlan los riesgos económicamente significativos en los PI es normalmente un desafío en los modelos de negocio tradicionales. Este análisis será aún más difícil en el contexto del modelo de negocio digitalizado. 

Por ejemplo, la logística es una de las funciones más afectadas por el cambio en la cadena de valor como consecuencia de la transformación digital. Esto representa una función clave en un momento en que el uso de IP digitales permite reducciones significativas de costos para garantizar márgenes más altos que los de la competencia. Incluso a nivel de las funciones de ventas típicas, es posible observar un cambio sustancial en los procesos comerciales. A través de sistemas digitales innovadores, es posible llegar al consumidor final sin utilizar agentes locales o empresas de distribución. 

Los VCA actuales tienden a aumentar el perfil funcional de la entidad de las EMN, resultando como propietarios económicos de las IP digitales. Como consecuencia, las entidades locales (por ejemplo, las filiales de distribución) están siendo despojadas de algunas de sus actividades principales (por ejemplo, gestión logística, implementación de campañas de marketing) que ahora son ejecutadas y controladas de forma remota por otras entidades mediante el uso de las IP digitales antes mencionadas.  

Sobre la base de los hechos y las circunstancias, estas transiciones digitales pueden revisar significativamente la cadena de valor de las empresas multinacionales, lo que lleva a la necesidad de reorganizar todo el modelo de negocio y la asignación de beneficios entre las entidades del grupo. Por ejemplo, las filiales locales con funciones y riesgos reducidos pueden haber visto una reducción incluso a nivel de su rentabilidad.  

A este respecto, debe centrarse en los diversos aspectos fiscales y de precios de transferencia que pueden surgir en el contexto de la reorganización empresarial con el fin de mitigar los posibles desafíos de las autoridades fiscales locales. En el capítulo IX de las Directrices de la OCDE sobre precios de transferencia se incluye una guía aceptada a nivel mundial, que proporciona instrucciones sobre cómo analizar e implementar las reestructuraciones empresariales en el contexto de las empresas multinacionales, incluidos los mecanismos de compensación y las remuneraciones posteriores a la reestructuración.

 



Solución propuesta por la OCDE - Pilar Uno

 

Como consecuencia del cambio en las cadenas de valor debido a la digitalización, que ha llevado a la creación de nuevas propiedades intelectuales y a la reorganización empresarial, la OCDE decidió actuar para mitigar los comportamientos oportunistas de planificación fiscal agresiva por parte de las empresas multinacionales en el contexto de los nuevos modelos de negocio digitalizados. 

Con el objetivo de abordar los desafíos fiscales planteados por la digitalización, en octubre de 2021 la OCDE lanzó la llamada Solución de Dos Pilares, proponiendo una reforma en los sistemas fiscales internacionales para garantizar que las empresas multinacionales paguen una parte justa de los impuestos dondequiera que operen. 

Desde la perspectiva de los precios de transferencia, vale la pena mencionar el Primer Pilar, un enfoque propuesto para reasignar los derechos fiscales entre los países con respecto a las empresas multinacionales más grandes, desde sus países de origen hasta los mercados donde tienen actividades comerciales y obtienen ganancias, independientemente de si las empresas allí tienen una presencia física allí. Como se menciona en su sección 1.2., el Primer Pilar "busca adaptar el sistema internacional del impuesto sobre la renta a los nuevos modelos de negocio a través de cambios en la asignación de beneficios y las reglas de nexo aplicables a los beneficios empresarialesTambién tiene como objetivo mejorar significativamente la seguridad fiscal mediante la introducción de mecanismos innovadores de prevención y resolución de disputas".  

En pocas palabras, los principales impulsores del Pilar Uno se pueden agrupar en tres partes: 

  • Un nuevo derecho fiscal para las jurisdicciones de mercado sobre una parte del beneficio residual calculado a nivel de las empresas multinacionales (denominado "importe A");  

  • Un rendimiento fijo para determinadas actividades básicas de comercialización y distribución que tengan lugar físicamente en una jurisdicción de mercado, de conformidad con el principio de plena competencia (el denominado "importe B"); y 

  • Procesos para mejorar la certidumbre tributaria a través de un mecanismo efectivo de prevención y resolución de conflictos. 

Sin embargo, el primer pilar de la OCDE aún no es definitivo y todavía hay varios trabajos en curso con el objetivo de identificar criterios objetivos y determinar qué empresas estarán sujetas al impuesto global (es decir, el Importe A). En este contexto, el 11 de julio de 2022, la OCDE publicó el "Informe de Progreso sobre la Cantidad A del Pilar Uno". El contenido del documento tiene por objeto definir los criterios para identificar a las empresas multinacionales sujetas a las medidas y las normas para determinar la jurisdicción en la que se generarán los ingresos. En particular, las empresas multinacionales con ingresos consolidados superiores a 20.000 millones de euros (la denominada "prueba global de ingresos") y con una marginalidad de ingresos antes de impuestos en relación con los ingresos totales superiores al 10 % (la denominada "prueba de rentabilidad") entrarían generalmente en el ámbito de aplicación del primer pilar. 

Comida para llevar

La aparición de la digitalización y la difusión de tecnologías avanzadas han afectado significativamente al mundo de las empresas multinacionales. Los nuevos modelos de negocio digitalizados han llevado a la creación de nuevas IP, como los sistemas de inteligencia artificial en varias etapas de la cadena de valor. En consecuencia, de estos cambios sustanciales en los procesos de negocio se desprenden varios aspectos, en particular en lo que respecta a la identificación de las funciones clave de las EMPRESAS multinacionales y a la asignación de beneficios en presencia de nuevas IP digitales, lo que puede implicar la necesidad de reestructuración empresarial. 

En este contexto, se recomienda encarecidamente analizar y documentar adecuadamente cualquier cambio en la cadena de valor y en el perfil funcional y de riesgo de las entidades dentro de las EMPRESAS multinacionales, con el fin de defender las posiciones de los contribuyentes frente a las autoridades tributarias locales y, por lo tanto, mitigar el riesgo de desafíos fiscales. 

Mientras tanto, la atención debe centrarse también en la evolución del primer pilar que puede remodelar significativamente los principios fiscales internacionales y, como consecuencia, la asignación de beneficios imponibles. Por lo tanto, las empresas multinacionales deben estar en consonancia con las evoluciones del primer pilar, definiendo los modelos de negocio también a la luz de la posible aplicación de este enfoque propuesto por la OCDE en las jurisdicciones locales.  

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